Círculos Mágicos
El círculo, símbolo considerado como la medicina del alma para culturas como la hinduista y budista, que está presente desde los albores de nuestra humanidad, a través de las primeras manifestaciones creativas del hombre, perennizadas en rocas y cavernas a través de las pinturas rupestres, además de tener una significación trascendental en todas las culturas que poblaron la Tierra. La palabra círculo en sánscrito recibe el nombre de mándala, y sobre la profundidad de los elementos que encierran su significado nos concentraremos en esta ocasión.
Considerados como círculos sagrados, como son los discos formados por el Sol y la Luna, también la órbita de un cuerpo celeste, la totalidad, entre otros. Para el budismo y el hinduismo los mándalas son generalmente círculos de representaciones simbólicas del macrocosmos (el universo, la naturaleza del mundo espiritual), y el microcosmos (la naturaleza humana, la persona, el individuo), cuya estructura conserva un espacio sagrado interior: el centro del universo cuyo perímetro nos remite a nuestra naturaleza cíclica y su soporte concéntrico, el cual nos sugiere la idea de perfección interior inmerso en un espacio sagrado, separados del espacio profano que adquiere todo lo que se encuentre al exterior de un mándala a la hora del ritual. Las formas más utilizadas en estos diagramas son principalmente los círculos; también en otros casos los triángulos, los cuadrados y los rectángulos.
En la India, por ejemplo, existen innumerables templos en forma de mándalas, los cuales pueden tener diversos diseños pero a su vez, mantener características básicas: una parte central y la simetría de los círculos contenidos en los puntos cardinales.
¿Qué Simboliza un Mándala?
Lo perfecto, el origen de la vida y los fenómenos cíclicos que ocurren a través de ésta, además de convertirse en un centro energético de equilibrio y purificación que ayuda a transformar la mente, el espíritu y todo lo que la rodea. Por esta razón, a través del dibujo de los mándalas las personas pueden exteriorizar un momento específico de sus vidas, utilizándolos como instrumentos de contemplación: los colores se encuentran estrechamente relacionados con las sensaciones de salvación, alegría, amistad, libertad, tristeza, rabia. Estos señalan el inicio de un proceso y cuyas figuras representan la globalidad. En términos más simples podríamos describir a los mándalas como contenedores de espacios sagrados, utilizados desde tiempos remotos.
Meditar con mándalas puede consistir en la simple observación o en el dibujo de los mismos. En cuanto a la meditación, ésta debe ir acompañada de una profunda y rítmica respiración durante algunos minutos, la cual, podría llevarnos a un estado de relajación sin dejar de mantener una conexión con lo que sucede en nuestro entorno.
Para el psicólogo y psiquiatra suizo Carl Gustav Jung, quien solía interpretar sus sueños con el dibujo de un mándala diariamente, estos diagramas representan la totalidad de la mente, además de considerarlos como una serie de formas geométricas concéntricas organizadas para la meditación. Jung, a raíz del estudio de los mándalas, elaboró una teoría sobre la estructura de la psique humana.
Para la psicología, los mándalas son una representación del ser humano, cuya interacción puede interpretarse como un viaje de sanación hacia la ruptura psíquica y espiritual, la cual, se pone de manifiesto con el uso de nuestra creatividad y se reconecta con nuestra esencia, en el camino por la búsqueda de nuestra sabiduría interior.
En la página Los Mándalas 2 analizo la interpretación de estos símbolos mágicos y sus elementos como ejes para materializar ideas y pensamientos.
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