En este artículo trataré de explicar la función de los amuletos y talismanes, y su creación con materiales simples y su finalidad.
Durante siglos el miedo y el instinto de supervivencia han provocado reacciones sin mesura, que dieron lugar a elaborar amuletos y ritos que hoy, en algunos ambientes, se consideran supersticiones. El miedo a los animales salvajes, a los fenómenos naturales, el terror a las tribus enemigas, las batallas entre imperios de la antigüedad, el dominio de territorios, los saqueos continuos, las epidemias y la ruina de las cosechas, fueron el origen de estímulos externos del entorno que desataban el pánico más terrorífico entre los pueblos.
Sabemos que el miedo es una reacción innata de supervivencia pero llevada al extremo, que muchas veces impide actuar porque paraliza. Es por ello que desde el principio el hombre recurre a idolatrar y a ofrecer sacrificios y rituales, convirtiendo determinados objetos en amuletos para su protección, otorgando a estos amuletos poderes sobrenaturales. De ellos se sirve para obtener confianza en las luchas, fe en el destino y alcanzar prosperidad y fortuna.
A través de estos amuletos obtenían la fe necesaria para obtener la confianza, la fuerza y sobrellevar el miedo. Era un escudo invisible en el que la persona depositaba su creencia más profunda. Hoy en día las amenazas son otras, pero igualmente nos sentimos sin protección y actuamos con miedo por la ausencia de un escudo que nos proteja (amuleto o talismán), y a veces nos da por tomar otros caminos como el de evadirnos del problema en lugar de afrontarlo; algo así como hace el avestruz que mete la cabeza bajo el ala para no ver el peligro, en un intento de pasar desapercibido por el depredador. Actualmente, incluso se huye de la realidad a través de fármacos, drogas, o en el peor de los casos, mediante el suicidio, aunque las diferentes religiones, lecturas de auto conocimiento y diferentes prácticas de relajación nos llevan a encontrar la fe y aliviar el sufrimiento, o al menos superar nuestros miedos sin la necesidad de un amuleto. Otras muchas veces, de forma no suficientemente satisfactoria y casi siempre con un tipo u otro de amuleto que nos infunda el coraje para afrontar los retos.
Preguntándonos si estos amuletos tienen realmente poderes y son verdaderamente efectivos, podemos decir que si nuestra fe cree en ellos, entonces sí son eficaces; si no creemos en los amuletos y no depositamos nuestra fe, entonces no. Cualquier objeto puede actuar como amuleto, sólo hay que depositar la fe y ésta actuará a través de este objeto otorgándole el don de proteger y mitigar el miedo.
Antes de continuar voy a explicar el significado de magia, por estar directamente relacionada con los amuletos y talismanes. Tradicionalmente la magia es definida como un acto que provoca variaciones en el entorno de la persona. A veces lo hacemos inconscientemente, por ejemplo, a través de la oración en cualquier religión o de afirmaciones positivas repetidas constantemente. Hay personas que desean que los cambios se produzcan en otras personas, violando incluso los derechos de éstas, y acuden si es necesario a la bruja que practica la magia negra para que realice un hechizo a su conveniencia.
Un punto a tener en cuenta es la diferencia entre amuleto y talismán. El primero ya tiene los poderes y actúa de forma genérica; por ejemplo, la cruz cristiana o la ortodoxa. En el segundo se tienen que «cargar» previamente sus poderes, además estos son específicos para un fin. Antiguamente se consagraban con complicados rituales, hoy día se hace dirigiendo y concentrando el poder mental en el talismán. En la ceremonia de consagración, la finalidad del talismán debe estar escrita en un pergamino y mencionada en alto de forma clara, precisa y vehemente; después se rocía con agua clara de un río a la vez que se pide la realización de las esperanzas y deseos. Luego se pasa el talismán por el humo del incienso para consagrarlo al elemento Fuego, tantas veces como el número correspondiente al planeta que le corresponde, según la naturaleza del talismán. También se consagra a los demás elementos Tierra, Aire, Agua y Éter, y en todos los casos se le pide que conceda nuestros deseos. Para fortalecerlo se puede añadir una gota de sangre extraída del tercer dedo de la mano izquierda, el dedo corazón, o como decían los sacerdotes del Imperio Romano: del «digitus tertius».
Los amuletos y talismanes deben ser portados encima y a ser posible en contacto directo con la piel. El dueño del amuleto o talismán jamás debe interferir sobre éste con pensamientos negativos ni preocupaciones de ningún tipo, sino que debe permitir que libremente el amuleto o talismán realice la función para la que ha sido consagrado.
El ser humano está formado por cuerpo y alma; al alma se le atribuye una energía de origen divino que da vida al cuerpo y su ausencia se la quita. Sir Edward Burnett Taylor, antropólogo del siglo XIX (19), otorgó alma a los animales, plantas y demás objetos de la faz de la tierra, y de aquí se origina el totemismo (de tótem). Max Weber llamó «el poder del significado» a las fuerzas desconocidas no físicas, otorgando así una explicación a lo mágico y religioso que opera a través de amuletos y talismanes en nosotros y no directamente de Dios. A la fuerza o poder emanada de estos determinados objetos o lugares es llamado: «maná». El maná puede ser originado por los dioses, pero también por los hombres, plantas, animales y demás objetos, pudiéndose activar a través de rituales de magia sin necesidad divina. En las islas Hawai se creía que el maná era mayor cuanto más nivel social se tenía, por lo que respecto al rey se crearon una serie de decretos que protegían al pueblo del inmenso poder del rey.
Una forma práctica de comprobar este maná es, cuando uno está cansado, acercarse totalmente desnudo a un árbol sano, grande y fuerte, apoyarse en él de frente y abrazarlo, y pedirle mentalmente que te proporcione su energía, y tras respirar profundamente se nota uno completamente descansado. Otros ejemplos de maná naturales son el agua de ríos o mares, plantas como el trébol de cuatro hojas, partes de animales como la pata de conejo o el colmillo de un jabalí. En definitiva, todos actúan como amuletos naturales, transfiriendo el poder al portador del mismo.
Aquello que los curanderos, terapeutas y algunos mediums, tarotistas y videntes transfieren a su cliente no es ni más ni menos que maná, ¡y no siempre! Hay que saber muy bien a qué lugar debes acudir; no todo el mundo transfiere maná positivo.
El maná puede ser positivo o negativo. Los negativos son los de efectos no beneficiosos y tradicionalmente se atribuyen a la intervención o presencia de ranas, escorpiones, serpientes y gatos negros entre otros, y producen lo que se denomina «mal de ojo», «mala onda», «mal fario». Pero no debemos olvidar que si no hay fe no hay actividad del maná. Por cierto, quiero aclarar que el auténtico «mal de ojo» es otra cosa bien distinta, aunque la voz popular etiqueta de mal de ojo a cualquier daño de extraña procedencia.
También existe lo que denominamos magia simpática, que clasificamos en dos grandes líneas: imitativa y contagiosa. La imitativa es la que produce la misma acción en el objeto que representa, por ejemplo el Vudú, y también por parecido en el nombre del objeto con el efecto que produce, como por ejemplo la raíz de Juan el Conquistador que da el poder y sometimiento, la raíz del satirión da poder sexual y erótico, el amoníaco da armonía. La magia contagiosa es la que proporciona su poder incluso después de estar en contacto con la persona, este es el caso, por ejemplo, del diente de león que da fuerza, las herraduras que proporcionan rapidez suerte y vitalidad, o una pata de conejo que da fertilidad y rapidez, entre otras.
Los amuletos pueden ser naturales (en mi opinión son los mejores), formados exclusivamente por maná y fe, o creados por el hombre, sólo fe. De entre los amuletos naturales los fetiches son los que tienen más poder. Los chamanes de Sur América cuentan que los auténticos fetiches son los que han sido morada de un espíritu. Los auténticos brujos y chamanes pueden crear fetiches.
Hay diferentes formas de amuletos e incluso éste puede representar lo que uno anhela. En Italia es muy frecuente la forma de cuerno que protege del mal de ojo, a la vez que es un signo de atracción sexual y de virilidad.
Los encantamientos son amuletos sobre los cuales hay inscripciones especiales. Hoy en día en el mundo del marketing se emplean muchos eslóganes publicitarios que son encantamientos (encanterios) encriptados; todos ellos conllevan la fe de transformar una esperanza, un deseo o una ilusión, en realidad.
Por su parte, debido a que los talismanes deben ser consagrados por un mago blanco experto, la creación del talismán encierra una cierta complejidad y tienen que conjugarse una serie de circunstancias y fuerzas universales, sean planetarias o espirituales como ángeles, y otros símbolos, como: colores, metales, números cabalísticos, simbología de los arcanos del tarot, flores, perfumes, etc., que en forma de energía es liberada por el mago.
Aquí tienes una pequeña tabla de correspondencia entre el elemento, el color correspondiente, la imagen y su finalidad. Atención: la imagen de cada elemento es una representación moderna y no coincide con la imagen original de tiempos remotos:

Color: rojo.
Imagen: triángulo.
Finalidad del talismán: todos los aspectos de la vida relacionados con la autoridad. Poder político, económico y judicial. Dominio sobre los demás o sobre subalternos. Prestigio profesional en cualquier especialidad. Autoridad: directivos, empresarios, gerentes, presidentes, ministros, etc.

Color: amarillo y púrpura.
Imagen: cuadrado impreciso.
Finalidad del talismán: todos los aspectos de la vida directamente relacionados con el trabajo. Por ejemplo: puestos de dirección, trabajo bien remunerado y de calidad, negocios de cualquier tipo, gestión de empresas con grandes aciertos, fortuna (procedente del trabajo o de los negocios).

Color: azul y naranja.
Imagen: círculo impreciso.
Finalidad del talismán: todos los aspectos de la vida relacionados con la salud, solución de conflictos y peleas, la inteligencia y el estudio. Ayuda en la curación, favorables operaciones de cirugía, tratamientos apropiados, disputas que se solucionan sin problemas. Estudios científicos, inventos.

Color: plata o negro.
Imagen: la media Luna imprecisa.
Finalidad del talismán: cualquier aspecto de la vida que se encuentre directamente relacionado con el amor y la felicidad. Amor, matrimonio, relaciones íntimas, sentimientos, felicidad, artes, fertilidad, hijos, alegrías, satisfacciones, inicio de relaciones.

Color: negro.
Imagen: óvalo impreciso.
Finalidad del talismán: cualquier aspecto de la vida relacionado con el espíritu. Misticismo y religiosidad. La elevación espiritual por encima del plano terrenal. Potencia la capacidad de la videncia y de la magia a aquellas personas dedicadas a este trabajo. Grandes experiencias psíquicas.
Un talismán muy antiguo es el Pentáculo por sí mismo. Es el dibujo de una estrella de cinco puntas que se utiliza en la preparación de otros talismanes, dirigido a una fuerza planetaria en la invocación de los espíritus, por cierto muy eficaz. Los talismanes se pueden crear cualquier día a excepción del sábado, día de Saturno, salvo una excepción: en beneficio de ganaderos y agricultores.

Una aclaración más: el sello común del antiguo Egipto es utilizado en la magia para especificar a qué fuerza nos concentramos; éstas pueden ser planetarias, elementales, demoníacas o angelicales, utilizándose junto con el talismán para un fin concreto.
Tanto los sellos como los talismanes se crearán en domingo y en oro, para finalidades relacionadas con el poder, directivos, prosperidad, dinero, grandes negocios y fuerza. En lunes y en plata, para los administrativos y para viajes por tierra y mar. Los martes y en hierro, para el área sanitaria y los militares. En miércoles y en plata o platino, para asuntos relacionados con la salud mental y los consejeros terapéuticos o manuales, la elocuencia, escritores y viajeros, pilotos y transportistas. Los jueves y en estaño, para los relacionados con lo religioso, altruistas o consejeros en general y para los comerciantes. Los viernes y en cobre, para temas financieros sobre todo relacionado con el ocio y el arte, y temas femeninos en general. En sábado y en plomo, para los ganaderos y agricultores; la excepción.
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