El Tarot es la Mancia Principal
El enigmático universo del Tarot constituye, sin duda alguna, un Universo oculto dentro de nuestro Universo. Hay otros mundos, pero están en éste, declaraba con gran acierto aquel psiconauta surrealista llamado Paul Eluard. En efecto, el cosmos, nuestro cosmos, si somos fieles y sensibles a la etimología de esta palabra, es un orden, un todo ordenado. En este todo, cada una de las infinitas partes cumple en la intrascendencia cotidiana una función de orden trascendente, de orden metafísico.
Todos los elementos que componen este mundo visible están, de un modo u otro, ligados o entrelazados por nexos inevidentes e invisibles cuya sutil y misteriosa trama constituye la cara oculta de la moneda, el aspecto mágico de la vida. Lo mismo ocurre con las cartas del Tarot.
Los objetos, las personas, las palabras, los números o los cotidianos acontecimientos son como los cristales coloreados de ese extraño caleidoscopio que es la vida. Los antiguos chinos y los presocráticos habían comparado la vida a un río, un río en el que todo pasa y todo queda, añadiríamos tomando prestados unos versos de Machado. En este río cada gota de agua está íntimamente unida a todas las otras; dicho de otro modo, cada acontecimiento ocurre y existe porque no es fortuito o casual, sino que depende de muchos otros, de todos los otros, nos atreveríamos a afirmar.
Estos mundos que están en éste se encuentran sutilmente unidos entre sí por unos vínculos a menudo metaespaciales y metatemporales que constituyen, por decirlo de algún modo, los puntos de unión de las piezas de un gigantesco rompecabezas multidimensional. Cada una de ellas, cualquiera que sea el plano o nivel en el que se manifiesta, es en sí misma una analogía de todo el rompecabezas. Sabemos que, en las manos, las orejas o los ojos de un hombre, por ejemplo, puede verse escrito su destino, reflejada su alma.
Como acabamos de ver, estas uniones de mundos, estas relaciones o vínculos, no son caprichosas o gratuitas. Obedecen a unas leyes altamente precisas y están basadas en una serie de signaturas generalmente desconocidas por el común de los mortales, que sólo es capaz de apreciar el espejismo materialista de las apariencias.
El Tarot ocupa un lugar preeminente en toda esta cosmografía sutil, pues sus Arcanos son capaces de evocar al alma sensible los más profundos misterios del destino humano. La misma palabra Arcano procede del latín arcanus, misterio, secreto; es, pues, lógico y razonable dentro de la irracionalidad que envuelve todos los sistemas mánticos, que nos hablen del misterio del hombre, del secreto del hombre.
El Tarot es un conjunto de láminas simbólicas que se utilizaba en la antigüedad como un mero juego de cartas. Otro uso del que han sido y siguen siendo objeto es como soporte cartomántico, adivinatorio; pero su propósito original, y por esto está compuesto de Arcanos o misterios, es transmitir un mensaje o una enseñanza relativos al verdadero Destino del Hombre.
Los colores que aparecen en las láminas del Tarot poseen un extraordinario poder psíquico que facilita su interpretación cartomántica, pero ocultan también un preciso simbolismo si son considerados desde el ángulo del esoterista. Estos naipes provienen seguramente de los antiguos naibis italianos. El origen de éstos se pierde en la noche de los tiempos, aunque algunos autores sostienen que proceden de los países árabes.
Según d’Allemagne, el Tarot se formó por una alianza entre el juego de los naibis y los juegos de cartas numerales. Sin duda este gran estudioso de los juegos de cartas tenía razón, pero, ¿de dónde procedían los naibis?
Para Court de Gebelin, Charles Hyppolyte de Paravey o Moreau de Dammartin, el origen de los Arcanos del Tarot se remonta a los antiguos egipcios. Estos autores añaden, además, que aquéllos lo habrían tomado de razas anteriores, pero Sir Gard Wilkinson, en su descripción de los muchos juegos practicados en el antiguo Egipto, no cita ninguno que tenga relación alguna con las cartas del Tarot.
Orígenes del Tarot
Poca cosa se sabe acerca de los orígenes históricos del Tarot, tampoco se le conoce una procedencia legendaria o fantástica. Los estudiosos no se ponen de acuerdo: para unos el Tarot se remonta a los antiguos egipcios, mientras que para otros procede de algunos juegos originales de la India o del Tibet. Tampoco ha faltado quien le atribuye un origen chino, haciéndolo derivar de ciertos juegos de cartas relacionados con el ajedrez.
Mucho antes de que el Tarot tomara, hacia el siglo XVII o XVIII, la forma bajo la cual lo conocemos, ya en vida de Platón era corriente el uso de los naipes o juegos de cartas. El filósofo griego atribuyó la invención de éstos a un daimón llamado Theut, del cual los eruditos hacen derivar la palabra tahur (jugador de cartas, persona que tiene el vicio de jugar). El Theut del que nos habla Platón, bien podría ser una deformación del Toth egipcio, inventor de la palabra y de los jeroglíficos, dios correspondiente al Hermes griego o al Mercurio romano.
En el siglo XVIII, un erudito francés llamado Court de Gebelin se ocupó por primera vez de los orígenes históricos del Tarot, plasmando el resultado de su búsqueda en el volumen primero de una monumental obra: Le Monde Primitif. Según él, el Tarot, y especialmente los llamados Arcanos Mayores, es la forma que tomó con el tiempo un antiguo libro egipcio salvado casualmente del incendio que destruyó los templos: el Libro de Toth.
Gebelin estaba profundamente convencido, de que este libro se difundió discretamente por toda Europa gracias a las tribus nómadas de zíngaros o gitanos. A continuación traduzco unas líneas de la obra de Gebelin:
Sorpresa que causaría el descubrimiento de un libro egipcio. Si se nos dijera que existe aún, en nuestros días, una obra de los antiguos egipcios, uno de sus libros escapado de las llamas que devoraron sus soberbias bibliotecas, y que contiene su doctrina más pura de los temas que más interesan, cada uno de nosotros se apresuraría, sin duda, a conocer un libro tan precioso, tan extraordinario. Si a esto se añadiera que dicho libro está muy difundido por gran parte de Europa y que durante siglos ha estado al alcance de la mano de todo el mundo, la sorpresa iría creciendo. ¿Pero no llegaría a ser el colmo si se nos asegurara que jamás se había sospechado que este libro fuera egipcio? ¿Qué se le posee sin haberlo poseído nunca? ¿Qué nunca nadie ha intentado descifrar una sola página? ¿Qué el fruto de una sabiduría exquisita es considerado como una colección de figuras extravagantes, que nada significan? ¿No pensaríamos que se está abusando de la credulidad de los auditores?
En efecto, este libro existe. Este libro egipcio es todo cuanto queda de aquellas soberbias bibliotecas. Es tan corriente que jamás estudioso alguno se ha dignado a ocuparse de él; nadie, antes de nosotros, había sospechado su ilustre origen. Este libro está formado por setenta y siete hojas o tablillas, incluso por setenta y ocho, divididas en cinco grupos, cada uno de los cuales ofrece objetos tan variados como divertidos e instructivos. Este libro, en una palabra, es el juego del Tarot…
Al corresponder el dios Toth a Hermes, es lícito pensar que el Tarot, el Libro de Toth, es un libro Hermético o, dicho de otro modo, una obra que trata de un modo velado del Arte Hermético, o sea de la alquimia. En efecto, el simbolismo que aparece en los Arcanos Mayores está a menudo muy relacionado con el que utilizaron los alquimistas; el Tarot contiene un sorprendente mensaje simbólico y este mensaje no es diferente del suyo.
La función de los naipes del Tarot es doble: por una parte, sirven para transmitirnos discretamente el mensaje al que hemos hecho referencia; por otra parte, son un excelente soporte para la adivinación. El Tarot es tan útil en cartomancia como puede serlo la baraja española o cualquier otro juego de naipes pero, además, y ésta es, a nuestro entender, su inestimable originalidad, ha servido y sin duda servirá durante siglos de transmisor hermético de la verdad. Por esta razón, dado el simbolismo de Toth, mensajero transmisor entre los dioses y los hombres, estamos de acuerdo con Court de Gebelin en denominar al Tarot El Libro de Toth.
Este documento ha sido extraído del Libro de Toth. Reproducido con autorización de Ediciones Obelisco, S.A.
Artículos Relacionados con el Tarot
Si buscas una excelente consulta de tarot ampliada visita este enlace: Menú > Servicios > Consulta de Tarot con Visa
Mejor aún: te recomiendo una consulta personal a fondo en mi despacho: Menú > Servicios > Tarot y Videncia en Despacho
Ahora puedes saber como echar las cartas del tarot como un profesional: Menú > Esoterismo > Cómo Tirar las Cartas de Tarot
Conoce las claves para consultar el tarot ante un profesional: Menú > Diversos > Cómo Hacer una Buena Consulta de Tarot
Conoce las cualidades que debe tener todo tarotista profesional: Menú > Diversos > Cualidades de un Buen Tarotista
Hasta la actualidad el tarot ha evolucionado enormemente salvando obstáculos: Menú > Esoterismo > Evolución del Tarot
¿Estás inquieto antes de hacer una consulta de tarot? No temas, pero ves con cuidado: Menú > Diversos > Miedo al Tarot
Empieza a tirar el tarot, pero antes lee este interesante tema de introducción: Menú > Esoterismo > Tarot Básico para Principiantes
Estas fáciles tiradas de tarot te servirán para iniciarte con los arcanos mayores: Menú > Esoterismo > Tiradas de Tarot
Asómate gratuitamente a tu futuro con mi tarot gratis. Muy rápido y fácil: Menú > Servicios > Tarot Gratis Online
This free tarot reading will help you get out of doubts: Menú > Servicios > Free Online Tarot Reading