Los números se utilizan para realizar mediciones cuantitativas a partir de la Unidad, y cada uno tiene un significado intrínseco propio y posee cualidades únicas. En la antigüedad, los sacerdotes egipcios expresaban sus ideas de tres modos esenciales: primero, de forma directa y clara; segundo, mediante los símbolos y lo figurativo; tercero, mediante lo sagrado y los jeroglíficos. De ello se desdobla que en la numerología podamos utilizar tres números que explican esta ley:
- El número Uno (1), que se vincula a lo activo.
- El número Dos (2), relacionado con lo pasivo.
- El número Tres (3), de naturaleza neutra y que resulta de la interacción de los primeros.
La numerología es la ciencia que estudia la influencia de los números en el ambiente, en nosotros y en nuestro destino. Una vez comprendido este principio básico, pasemos a conocer la naturaleza de los números del destino:
CERO (0): refleja la Eternidad, el Infinito, el Espacio. Representa el Concepto del Universo, la Divina Concepción. Es el símbolo de lo no manifestado, lo potencialmente eterno. Su símbolo redondo representa lo que queda circunscrito dentro, pero también el espacio libre e infinito que está fuera. Por ello, el Cero es una paradoja infinitamente pequeña e ilimitadamente grande, es el único que sin ser número, origina a todos; es el Cosmos de la Creación. Se relaciona con el círculo del Zodíaco y con la envoltura del cuerpo astral que contacta con el Universo.
UNO (1): el número Uno es el Principio Creador de los Números, la Unidad, el Origen de todo lo que existe, porque de él se forman los demás números. Al no confundirse con nada está asociado a la idea de Dios. El Uno y el Sol se representan por medio de un círculo con un punto en el centro. Se representa por el punto que forma las líneas. El Uno indica independencia, originalidad y espíritu creador. Correspondencias:
Planeta: Sol.
Signo zodiacal: Leo.
Colores: anaranjado y oro.
DOS (2): el Dos es el reflejo de la Unidad, por lo que no existe por sí solo, y de su unión con el Uno, nace el tercer principio, el Ternario. Así, el Binario es la relatividad, el reflejo, la antítesis, la confirmación, y constituye el primer número que separa la Unidad y equilibra las fuerzas opuestas. Se representa con dos columnas. Indica dualidad, elemento femenino, equilibrio de fuerzas, unión de opuestos y procreación. Correspondencias:
Planeta: la Luna.
Signo zodiacal: Cáncer.
Colores: blanco y todas las tonalidades suaves y pálidas de azul, violeta y verde.
TRES (3): es la Trilogía trascendental. La vida, sustancia e inteligencia aplicables al Ser Divino: Padre, Madre e Hijo; Dios, Naturaleza y Hombre; las tres dimensiones espaciales; los tres postulados: pensamiento, pensador e idea. El Ternario es el fundamento de la constitución del Universo, es el número de la forma, pues no puede existir cuerpo sin tres dimensiones (ancho, alto y profundo). Indica expresión, conjunción y capacidad emotiva. Correspondencias:
Planeta: Júpiter.
Signos zodiacales: Sagitario y Piscis.
Colores: azul eléctrico y púrpura.
CUATRO (4): es la realidad, la concreción, lo sólido: el cubo, el cuadrado, la cruz. Se vincula a las leyes físicas, la lógica, la razón, la ciencia, el conocimiento. Representa el intelecto, el discernimiento, la prudencia, la discreción, la relatividad; es el primer paso a la sabiduría. Es el número de la armonía, los elementos, y constituye el compendio del grupo cuaternario formado por el punto, la línea, la superficie y el cuerpo. Indica previsión, estabilidad, protección y esfuerzo. Correspondencias:
Planeta: Urano.
Signo zodiacal: Acuario.
Colores: índigo, violeta, azul oscuro, colores bronceados.
CINCO (5): el Cinco se forma adicionando 1 + 4, el Principio de la Vida con los Cuatro Elementos. Su figura es la estrella de cinco puntas o pentagrama, que representa al cuerpo humano y al espíritu; invertida, representa al hombre antes de la caída y la materia. Es el número de la raza humana dominante, el entendimiento, el fruto, el patriarcado, la familia. Por reflejo, representa el gozo, la buena fortuna. Indica versatilidad, quietud, actividad y deseo. Correspondencias:
Planeta: Mercurio.
Signo zodiacal: Géminis y Virgo.
Color: amarillo y sus tonalidades.
SEIS (6): este número representa las dos triadas en interacción y se simboliza con la estrella de Salomón. Representa la conexión entre espíritu y materia, la telepatía, la adivinación, la alquimia, la relación entre los de arriba y los de abajo, el Cielo y la Tierra. Se vincula al antagonismo, pero también a la armonía, a todo lo bello y a las relaciones entre los sexos. Denota el Gran Trabajo Universal. Indica hogar, orden y embellecimiento. Correspondencias:
Planeta: Venus.
Signos zodiacales: Tauro y Libra.
Colores: azul claro y las tonalidades suaves de verde y rosado.
SIETE (7): este número representa el poder mágico en toda su fuerza y se encuentra en muchas formas: los siete días de la semana, los colores del arco iris, las siete notas musicales, los siete mares, las siete edades. El siete también es el desenvolvimiento del número, representa el tiempo y el espacio, la distancia y la muerte, y por ende, la estabilidad y la inmortalidad. Es la relación entre la Triada espiritual y la Cruz material. Indica concentración, contemplación e identificación. Correspondencias:
Planeta: Neptuno.
Signo zodiacal: Piscis.
Colores: azul plateado, colores irisados.
OCHO (8): Se obtiene adicionando 4 + 4, y constituye la Balanza Universal. Es la justicia, la rotura del equilibrio espiritual y material, la ley Cíclica de la Periodicidad, la separación, la ruptura, la respiración, la invención, la genialidad. Pero también las desviaciones, la excentricidad, la misantropía y la locura. Es el número de los grandes negocios, corporaciones, grandes finanzas, el logro del éxito por los negocios, ingenios o grandes inventos. Otras tradiciones orientales le atribuyen el predominio del intelecto sobre la materia. Correspondencias:
Planeta: Saturno.
Signo zodiacal: Acuario y Capricornio.
Colores: negro y verde, pero también gris plomo y café oscuro.
NUEVE (9): Este número surgido del 3 x 3 es la imagen más perfecta de los Tres Mundos. Por ser también el resultante del 6 + 3, es el número del iniciado. Es la síntesis del Bien y del Mal, Espíritu y Materia, el primer número primo elevado al cuadrado, y no hay número elemental que pueda ir más allá. Se vincula con la regeneración y el nacimiento del espíritu, y por ende, con la espiritualidad, las premoniciones y las visiones.
Es el único número realmente mágico que posee particularidades especiales. Por ejemplo, toma cualquier cifra al azar y practica la reducción Teosófica, como: 6183 multiplicado por 9 = 55647, ahora suma estos números: 5+5+6+4+7=27, 2+7=9. Otro ejemplo al azar: 83297 multiplicado por 9 =749673, suma estos números: 7+4+9+6+7+3=36, 3+6=9. Ejemplos más simples, 43 x 9 = 387, 3+8+7=18, 1+8=9. Otro, 61 x 9=549, 5+4+9=18, 1+8=9. El resultado final siempre es 9. Así podemos estar horas haciendo las mismas pruebas con los mismos resultados; inténtalo con otro número y verás qué ocurre. Por cierto, el número 9, al igual que el 7, también está representado por Neptuno, regente de Piscis, el planeta de la máxima expresión en cuanto a idealismo, misticismo, intuición y, sobre todo, videncia.
Numerología y Destino
La numerología se relaciona con el orden y la naturaleza del Universo. Las fuerzas de la Creación influyen en la base de proporciones numéricas y motivan las oscilaciones que modelan la existencia y que permiten la vinculación con los hechos sin acontecer. Los números del destino están presentes en los Arcanos del tarot, los cuales se encuentran ordenados en un orden estricto e invariable, lo que posibilita la predicción por la numerología.
Al estar las letras del alfabeto cabalista ordenadas en una secuencia constante y una armonía especial, podemos hablar de jeroglíficos, es decir, símbolos que encierran un número y una idea. La conjunción de estas letras origina centros activos que pueden ser empleados por la voluntad del hombre.
El Nombre y la Numerología
Sabido es que nuestros nombres poseen un valor numérico invariable y especial, y por ende, poseen también un valor activo en el mundo. Si deseas conocer el número que rige tu nombre, necesitas utilizar la Tabla Numérica para buscar el valor correspondiente a cada letra que lo conforma. Cabe mencionar que en cada Tabla hay dos valores, uno solar y otro lunar, por lo que el cálculo deberá ser realizado por ambos métodos y luego, multiplicar ambos valores entre sí.
Para realizar cada cálculo individual de cada valor, solar y lunar, sólo debes sumar los números asignados a las letras que componen tu nombre hasta reducirlos a un número base, es decir, comprendido entre el 1 y el 9. También es válido realizar cálculos con tu nombre completo, tu apodo o tu pseudónimo.
La Cábala Numérica y la Astrología
Al reconocer la existencia de las leyes numéricas, podemos inferir la estrecha relación existente entre los números y los planetas, y por extensión, entre la cábala numérica y la astrología que se resume en el tarot.
A medida que la Tierra discurre en su órbita celeste alrededor del Sol, las constelaciones zodiacales irradian su energía hacia esta estrella, la cual a su vez la reenvía hacia los planetas. Dado que el movimiento de traslación terrestre alrededor del Sol es de un año, y que a su vez, el movimiento del Astro Rey a lo largo del Zodíaco tarda ese mismo período de tiempo, ambos cuerpos se encuentran, cada doce meses, en igual posición relativa. Mientras que el Sol pasa por cada Casa zodiacal, envía a la Tierra la energía absorbida de estas constelaciones, la cual rige las condiciones de vida de los habitantes terrestres.
Es gracias a esta constante renovación en el medio vital de la Tierra que cada persona recibe influencias únicas, diversas y especiales. Y dado que los planetas del sistema solar también discurren por el Zodíaco, van recibiendo la energía propia de cada signo; de esta forma, las diferentes estaciones y relaciones que se dan entre planetas y signos definen un tipo de energía particular que llega a la Tierra. Esta compleja y perfecta ecuación se expresa en el Número.
Reducción y Adición Teosófica
En el pasado los antiguos concebían a los números de un modo que hoy casi ignoramos, para ellos, la unidad constituía el término constante a partir del cual se forma cualquier cantidad, y de este modo, los números eran considerados como la expresión de las leyes absolutas. Dentro de esta concepción, las premisas más importantes eran dos: la reducción y la adición teosófica, es decir, las leyes más esenciales de la naturaleza.
Reducción teosófica: Se realiza cuando el número original se desea reducir a un solo número por la adición de sus componentes, por ejemplo: 115 = 1+1+5 = 7, para números más largos, por ejemplo: 4852, será 4+8+5+2=19, 1+9=10, 1+0=1, se trata pues de llegar a un solo dígito comprendido entre el 1 y el 9. Esta reducción es la que se emplea en numerología para hallar el número de destino, el de la personalidad, el número del año, ciertos números de la suerte, etc.
Adición teosófica: Se realiza al sumar la serie que conforma el número, por ejemplo: 5 = 1+2+3+4+5 = 15. Esta adición se emplea raramente.
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