Libra es uno de los signos más inquietos del Zodíaco. La aparente tranquilidad que le aporta su planeta regente queda ahí, sólo en apariencia, pues en su interior existe un río bravo dormido, que cuando decide activarse da como resultado un nativo que se mueve de un lugar a otro sin parar. No hay que olvidar que Libra es un signo Cardinal, y todo signo de este ternario es activo y de rápido movimiento directo. No es de extrañar que a este nativo le sean afines todo tipo de viajes, excepto los de aventuras extremas; salvo excepciones que confirman la regla, se hace difícil ver a un Libra cruzando el desierto en 4×4 o atravesando zonas montañosas o de selva.
Libra prefiere la comodidad y el lujo, cada cosa en su lugar, un buen ambiente con buena música, vistas encantadoras de ensueño, el relax que produce el silencio en determinados momentos, transportes públicos de primera, buenas vías de comunicación y visitas a lugares que le aporten enriquecimiento. Si su ascendente y otros aspectos de su plano natal no indican lo contrario, Libra es candidato a los mejores hoteles y restaurantes del mundo con servicios de primera, claro, siempre que su cartera lo permita. Como resulta obvio le gusta viajar con comodidad, a ser posible en primera clase; de tanto en tanto un viaje en barco, por ejemplo un crucero.
No obstante, Libra no es un trotamundos como Sagitario o Géminis, signos estos mucho más dados a cualquier aventura por el mundo. Libra necesita salir, viajar, ver, conocer y comparar, pero no por la necesitad pura de saber de otras culturas, sino que su interés guarda relación más estrecha con lo mundano. Por ejemplo, a muchísimos nativos Libra les encanta ver la arquitectura de una ciudad, conocer lugares de moda, ver tiendas de artículos de lujo exquisitos y refinados, comer en excelentes restaurantes, visitar un museo de arte que le llene los ojos y le aporte conocimiento, relacionarse con gente guapa. Todo esto y mucho más son los centros de interés de un auténtico Libra a la hora de elegir un viaje.
Venus no sólo es el planeta regente de Libra, sino que también gobierna los asuntos del corazón, por lo que Libra siente afinidad por los viajes a lugares donde se respire una atmósfera de romanticismo, y para esto no importa la edad del nativo Libra, sólo interesa el deseo y el buen estado de salud. Un lugar apropiado a sus intereses es sin duda Florencia, y por supuesto una visita inolvidable a Venecia, navegando en góndola por las acuosas calles de esta curiosa ciudad, única en el mundo, lo que introduce un factor de exclusividad que gusta a Libra.
Otro viaje muy acertado para Libra es París. El glamour que se respira en esta gran ciudad, con sus grandes avenidas, sus museos, sus hoteles, restaurantes y cabarets de lujo, las tiendas de moda y perfumería, las joyerías, sus buenas comunicaciones, etc., posiblemente no tiene comparación con ninguna otra ciudad del mundo. Ya sabemos que cada lugar tiene su encanto, sin embargo desde el punto de vista de Libra, París reúne toda una serie de requisitos que son garantía para unas buenas vacaciones y donde Libra se encontrará como en casa.
Al igual que cualquier otro signo, Libra tiene su lado oscuro, que debe aprender a dominar y controlar. El problema que se le puede presentar a un nativo Libra a la hora de decidir un viaje, es una cierta indolencia de la que hace gala en determinados momentos de su vida; todo, es obvio, no pueden ser atributos positivos. Esto puede ocasionarle una falta de visión, de objetividad, a la hora de planificar unas vacaciones provechosas, lo que puede convertirse en motivo principal de una lamentable decisión, de la que después se arrepentirá. En este caso, el mensaje válido para un Libra es tomar la decisión meditada, objetivamente, fundamentándose en los gustos profundos de sí mismo, nunca en los comentarios o consejos de terceras personas.
Para aquellos nativos Libra mucho más mundanos, digamos algo extremistas, aquellos a quienes no se les cae el techo de la casa encima, les va a la perfección el rol de relaciones públicas a diario. Para estos nativos es necesario el contacto continuo con la gente, el bullicio, encontrarse en la disco con amigos o conocer gente nueva cada día, saber de unos y de otros, intercambiar puntos de vista, conocer opiniones o conversar sobre los asuntos más actuales (sin entrar en profundidades como es lógico). Escuchar música moderna al tiempo que excitante, buscar la diversión sin demasiadas preocupaciones, vivir la vida practicando aquello de…, la vida es bella, vive el presente sin preocuparte por el futuro. Para estos Libra no hay nada mejor que hacer la maleta con las cuatro cosas de uso personal, los vaqueros, la cazadora y un billete de avión, y volar lo más lejos posible durante unos días. Seguro que la idea seduce a este grupo de nativos Libra, que son más bien despreocupados y saboreadores de la vida por naturaleza. A estos nativos les va de maravilla cruzar el océano, lanzándose a la aventura de las mil y una noches en un moderno país, donde la buena atmósfera sea la clave y el bullicio no termine hasta la madrugada, o incluso empalmar un día con el siguiente viviendo la noche sin descanso. Para ellos es recomendable el ambiente interminable de Río de Janeiro, Los Ángeles y New York (la ciudad que nunca duerme).
Otros nacidos bajo Libra tienen cierta tendencia a las aventuras insólitas, incluso puedo decir que arriesgadas, sobre todo aquellos nacidos en el último decanato del signo, y de éstos los más cercanos al signo Escorpio son los más lanzados. Esta tipología de nativos Libra buscan la diversión excitante; estar en un permanente estado de excitación les embriaga, por lo que necesitan de experiencias más fuertes que el resto de nativos del signo. Sólo para ellos son recomendables los viajes a lugares inhóspitos, salvajes, donde la vida se vive cada día, literalmente al límite, sin ninguna comodidad. Para estos nativos Libra hay lugares en Asia, en la Polinesia y en América del Sur que resultarán deliciosos. Seguro que cuando Libra regrese a la civilización estará cambiado y parecerá otro, afrontará las dificultades cotidianas con otra cara, tal vez con una sonrisa en sus labios que despertará la envidia de más de un amigo.