Debido a que Virgo se rige por el mismo planeta que Géminis, Mercurio, podemos decir que la apariencia física de estos dos signos es similar. Virgo al igual que Géminis tiene una figura esbelta y hasta delicada, casi invariablemente sin grasa, de huesos delgados, aunque suelen tener mediana estatura y una corpulencia poco robusta o más bien frágil; al menos esa es la sensación que se percibe al estar cerca de Virgo. Por su parte, Géminis es más inquieto que Virgo y siempre anda de aquí para allá. En cambio los nativos Virgo son tranquilos y precisan reposo y en ocasiones aislamiento.
Los nacidos bajo Virgo nunca son personas enormes, sino más bien menudos, pero su cuerpo es fibroso y poseen una resistencia mayor de la que aparentan. Virgo conserva su apariencia juvenil hasta la madurez y le encanta hablar pero con discreción. Virgo no es dado a los discursos, a las exageraciones en el lenguaje, ni a la demagogia, pero como Virgo es un ser inteligente será quien le añada interés a la conversación, aunque en ocasiones también es capaz de enfriarla debido a su capacidad crítica.
Los nativos de Virgo suelen ser gente atractiva, de piel clara y tersa, a menudo la piel es muy blanca sobre todo a partir de latitudes medias, incluso en zonas tropicales del planeta se dan personas con piel muy blanca.
Sus rasgos son delicados, pequeños, simétricos y refinados. La cara de Virgo no es redonda, sino angulosa, pero desprovista de agresividad, lo que ya es indicador de la racionalidad y lógica de su mente. La frente es alta y refleja su carácter meticuloso en algunas arrugas o el fruncido entrecejo. Su nariz es recta y usualmente pequeña y filosa, y sus labios son redondos pero finos y delicadamente formados. La disposición de los rasgos faciales otorga a Virgo un aspecto cerebral y muy poco sensual, lo que pone de manifiesto que el instinto está subordinado al brillante intelecto de este nativo.
Enmarcados bajo unas cejas finas, Virgo tiene una mirada agradable y tranquila, pero fija y que intimida, con unos ojos casi siempre grandes, cristalinos y de mirar profundo, reflejo de su claridad mental e inteligencia en algunos casos desbordante. Sin embargo esta mirada esconde un problema, puede llegar a ser muy penetrante y fría, que alcanza a incomodar a sus interlocutores. En ocasiones, Virgo también se comporta con una suficiencia desmedida que resulta desagradable; es capaz de almacenar en su memoria grandes cantidades de información de diversas materias, que no duda en comentar en reuniones con amigos, colaboradores o en familia. Por otro lado, los ojos de Virgo también muestran un rasgo contradictorio: la ensoñación del signo. A pesar de poseer un auténtico espíritu realista, Virgo goza de una mirada soñadora que puede ser sutil o incluso evidente, y que normalmente proviene por la influencia reflejada de Piscis, el signo opuesto a Virgo.
El rostro de Virgo también parece ser algo incongruente, refleja una tranquilidad y calma que parecen negar sus secretas preocupaciones. Porque en realidad Virgo es un ser muy responsable y debe tenerlo todo bajo control, esto ocasiona en el nativo profundos malestares al darle a su mente excesivas vueltas; piensa una y otra vez en sus asuntos para estar seguro de tenerlo todo atado.
En ocasiones Virgo se excede en el control de su propio cuerpo, hasta el punto de mantener sus brazos y manos muy cercanos al tronco. Resulta extraño observar a un Virgo realizando gestos exagerados con sus manos, por ejemplo, cuando una persona pretende llamar la atención agitando sus brazos a un lado y a otro, y si alguna vez lo hace por necesidad será tímidamente. Esto demuestra que inconscientemente Virgo establece una distancia entre mente y cuerpo.
Virgo no es escurridizo ni resbaladizo sino lo contrario, mira de frente a los demás y se encuentra siempre atento al más mínimo detalle, pero a la vez suele bajar la cabeza en un perdón tácito por entrometerse en la mente de los demás.
Virgo no se interesa por el arte de la seducción, y esta actitud se refleja en su vestimenta; a Virgo no le gusta llamar la atención. El nativo Virgo se viste con gusto, olerá bien y dará la impresión de haber salido recientemente de la ducha. Su vestimenta acostumbra a ser elegante a la vez que conservadora, aunque siempre se distingue por la sobriedad de sus trajes. Tampoco es exagerado; raramente un Virgo aparece en público con atuendos extravagantes, ya sea por la modernidad de la ropa y el corte, o porque estén fuera de sintonía con el momento y lugar. Cuando Virgo acude a un festejo, como una boda, una fiesta familiar, una reunión de trabajo o un bautizo, acostumbra a vestirse con la mencionada elegancia sobria, a pesar de que trata de marcar un contorno nítido; a Virgo le disgustan las arrugas.
También tiene una cierta vanidad atenuada, muy sutil, especialmente en su arreglo personal: Virgo se preocupa por tener el cabello peinado y el traje sin una sola pelusa, y las mujeres se retocarán el maquillaje con regularidad, pero nunca hasta la exageración. En una habitación llena de gente, se puede identificar a Virgo por una cierta incomodidad o un difuso sentido de urgencia que se refleja en su lenguaje corporal, debido a que básicamente no le gustan las multitudes y porque muy probablemente esté preocupado por algún asunto pendiente.