Es una mancia muy curiosa y probablemente, más fortuita que real, debido a que no utiliza las habilidades del vidente sino la casualidad pura. Sin embargo, vale la pena hablar del rol que tanto el gallo como los granos de diversos cereales juegan en ella.
El gallo es históricamente un animal que ha captado la atención de la humanidad. Aparece en la Biblia; la tradición dice que puede subyugar al león, el rey de la selva, e incluso ahuyentar las huestes infernales (es un decir). En la mitología griega, el canto del gallo era uno de los pocos métodos seguros de matar a un basilisco. En su “Tableau de l’inconstance des Démons”, Peter Delancre afirma que el cantar del gallo tiene la propiedad de ahuyentar al demonio. En el folklore popular, la fantasmagoría del black Sabbat desaparecía con el cantar del gallo, y para que éste no cantase, un hechicero ungía su cabeza con aceite de oliva y le pasaba un collar de hojas de uva por el cuello.
Esta mancia se realiza poco antes del amanecer, o cuando la Luna está en Aries o Leo, pues se ha comprobado que en estos signos es cuando mejor funciona.
Primero, se dibuja un círculo en el suelo, el cual es dividido en veinticuatro espacios iguales; en ellos se dibujan las letras del alfabeto, si bien se reemplazan las letras J y U por 1 y V. Después se coloca un grano de cebada, empezando desde la letra A y recitando el verso “Ecce enim veritatem team”. Finalmente se coloca un gallo blanco y desprovisto de garras, al que previamente se le ha obligado a comer un pequeño pergamino escrito con letras hebreas, en el centro del círculo. A continuación el vidente sujeta al gallo a la vez que recita: “O Deus Creador omnium, qui firmamentum pulchritudine stellarum formasti, constituens eas in signa et tempora, infunde virtutem team operibus nostris, ut per opus in eis consequamur effectum”, seguido por estos textos tomados de los Salmos: “Domine dilexi decorem domüs tuae et locum habitationis tuae”. “Domine Deus virtutum, converte nos, ostende faciem suma, et salvi erimus”.
Para finalizar se deja al gallo elegir los granos en el orden que quiera, se reemplazan los granos que toma hasta que el gallo deje de comer y se anotan las letras elegidas. Ahora el vidente ordena las letras en la forma que crea conveniente para realizar la predicción del futuro.