El agua es sinónimo de vida. Desde sus inicios las civilizaciones del mundo se asentaron en los márgenes de las grandes masas de agua, como lagos o ríos que pudieran sustentar su crecimiento. Las más grandes y antiguas ciudades del mundo se fundaron de modo que accedieran al agua potable y abundante.
Sin embargo, ahora hablaré de una faceta menos conocida y más misteriosa de este elemento vital: su capacidad de darnos una mirada al futuro. Hablamos de la hidromancia, una de las mancias más antiguas.
Inicialmente esta mancia se realizaba con el uso de un cristal o espejo, y su reflejo se utilizaba para dispersar la mente y predisponerla a reflexionar; de allí el doble significado de la palabra “reflexión”. Por ello, el folklore popular cita diversas cañadas y estanques en bosques y montañas como puntos de práctica de la brujería.
En sus inicios, la hidromancia se realizaba en una cuenca natural donde el agua se empozaba. Actualmente, este arte adivinatorio se realiza de diferentes maneras: se puede leer el futuro en un vaso con agua, la corriente de un río o las ondas de un lago; sin embargo, cabe mencionar que actualmente la hidromancia ha caído en desuso y son pocos los videntes que la utilizan.
Antes de la realización del ritual, el adivino debe estar relajado y tomar unos momentos para aclarar y serenar su mente. Entonces se encontrará en un buen estado para observar el agua e interpretar lo que este elemento le quiere decir sobre el futuro.
Entre los diversos tipos de hidromancia tenemos:
- Cuando se echa una piedra al agua transparente y tranquila; la interpretación se dará dependiendo de los círculos que se forman en la superficie: un número impar es una respuesta favorable.
- Al echar aceite sobre un recipiente con agua.
- Sobre un vaso con agua, suspender un anillo sujeto con un hilo y dejar que oscile de un lado a otro, golpeando los lados del vaso.
- Colocar un vaso de cristal sobre una superficie negra y observar las formas y colores que se forman en ella.
- Durante los rituales de la antigüedad se realizaban invocaciones para ver nombres de personas en el agua.
- La observación de las olas y corrientes marinas fue una forma muy utilizada de hidromancia.
- Antiguamente los remolinos y giros del agua de los ríos se traducían como malos presagios.
A lo largo de decenas de años, sobre todo en la Edad Antigua y en la Edad Media, los adivinos de oriente y algunos de Europa han empleado con éxito el vaticinio a través de esta mancia, que en mi opinión no hace más que despertar y enfatizar la capacidad de videncia del vidente o mago. Un medio semejante, salvando las diferencias, por supuesto, es la adivinación por medio de la bola de cristal. Tanto la hidromancia como la bola de cristal emplean medios transparentes, en la primera el agua y en la segunda el cristal, lo que significa que en realidad las imágenes observadas se forman en la mente del vidente. En este caso, en la práctica de la hidromancia, digamos que el agua es el medio, y la forma de las ondas, el número de ellas, la corriente o los remolinos, no hacen más que ampliar la sutil información que recibe el vidente.