Hace miles de años el hombre empezó a preguntarse sobre su futuro y a buscar las respuestas en el cielo. Como creía que los dioses se comunicaban con los mortales durante los momentos previos a las lluvias o tormentas, cuando los cielos se volvían tumultuosos, empezó a fijarse en la forma en que las nubes se comportaban en tales momentos; así nació el milenario sistema adivinatorio de la nubomancia.
La nubomancia es el arte de interpretar las nubes para obtener la respuesta a una pregunta concreta. Debido a las dificultades que entraña su práctica, actualmente ha perdido muchos seguidores. Para realizar una consulta, se debe esperar a tener un cielo tumultuoso y realizar la consulta al aire libre, en un espacio con vista panorámica. El consultante debe cerrar los ojos, concentrarse en su pregunta y mirar el horizonte. Para recibir su respuesta debe dividir el cielo mentalmente en tres secciones; en caso de tener el horizonte completo, cada sección ocupará 60 grados, es decir, 180 grados en total. La sección de la izquierda se refiere a la adversidad, los obstáculos, el pasado. La del medio se refiere al presente y a las cosas que se encuentran a nuestro alcance. Y la derecha nos hablará del futuro, de los pronósticos para el porvenir.
Los Aspectos Clave
La dirección: nos indica cuestiones sobre nuestra existencia. Si se desplaza hacia la izquierda indica reflexión, vista al pasado para encontrar respuestas a nuestros problemas; en el caso de que se formule una pregunta cerrada, la izquierda significa “no”; si la nube se desplaza a la derecha, nos indica un pasado irresuelto que influye en nuestro futuro. Si el consultante ha formulado una pregunta, la derecha quiere decir “sí”.
La altura: la altura tiene que ver con la importancia del suceso; mientras más alta está la nube menor la importancia del suceso. Por ello, si una nube está lejos y muy alta su influencia llega desde lejos y su repercusión es menor. Si la nube está baja su influencia será más poderosa y cercana.
El tamaño: se refiere a la influencia de la nube en nuestro destino; las nubes pequeñas no nos afectan igual que las nubes grandes. Una nube grande que cubre parte del cielo, tiene innegable influencia sobre nosotros aunque se encuentre lejos.
Los colores: cada color tiene un significado diferente y específico:
- Amarillentas: indican creatividad, nos recomiendan seguir nuestra intuición; auguran la solución de nuestros problemas.
- Azul claro, casi blancas: este color es un buen presagio. Se acercan tiempos de felicidad.
- Azules: en este momento, el consultante debiera reflexionar sobre los acontecimientos de su vida; este color sugiere introspección, meditación.
- Negruzcas: cuando las nubes son oscuras y se acercan al negro son un mal presagio; nos advierten que necesitamos de amigos y aliados para los tiempos venideros.
- Grises con blanco: este tipo de nube sugiere la aparición de una figura que arreglará los problemas. Las alianzas son recomendables.
- Rojizas: son un presagio negativo. Indican peleas, discusiones, rupturas, traiciones. El consultante debe manejarse con cautela.
- Anaranjadas: son un presagio favorable: indican amor, amistad, vitalidad.
La velocidad: para reconocer la velocidad de una nube debemos mirarla durante un momento. La rapidez o lentitud de su desplazamiento nos indicará la forma en que se desarrollará el presagio. La velocidad con que las nubes se mueven indica la rapidez con que los eventos se desarrollarán. Si las nubes son de rápido movimiento, los eventos se darán a una velocidad mayor de lo que el consultante desearía; si son lentas, el presagio tardará en darse; si son estáticas, viene un tiempo de poca acción, falto de desarrollo.